POR: ABEL ROJAS
Uno de mis festivales favoritos en los años recientes es el Festival Internacional de Cine de Horror de la Ciudad de México (MACABRO FICH). Ha sido capaz de generar un ambiente particular no solo en las sedes donde ha sido presentado sino que, como los virus de moda se ha esparcido fácilmente.
Sin embargo este año no fue fácil organizar la fiesta. De acuerdo a Edna Campos Tenorio, directora del festival, ninguna de las opciones parecía satisfactoria. “Tuvo que haber un convencimiento hacia productores, distribuidores y demás involucrados, que el festival podía realizarse de esta forma (vía streaming) y de una manera profesional”.
Haiga sido como haiga sido MACABRO sí se pudo llevar a cabo aunque tuvo que ponerse totalmente en las manos de Filminlatino. Dieciocho largometrajes en la sección internacional, cuarenta y nueve cortos y la proyección especial de EL ESQUELETO DE LA SEÑORA MORALES en la televisión abierta hacen de este evento uno de los más originales por el tipo de películas que nos traen.
Y es que si bien el género “Horror” cuenta con numerosos, incondicionales y fieles adeptos duros de matar, el festival aunque use esa referencia ha demostrado siempre estar abierto a la evolución, los pastiches, las cruzas del cine horrible con todo tipo de discursos y formas narrativas. Acaba siendo MACABRO un escaparate de cine novedoso y que recién se ha filmado en varias partes del mundo.
Tengo de botepronto la impresión que este año las películas convocadas obedecen a premisas muy sencillas. Películas cuyo planteamiento es capaz de subvertir la convención del género y se instalan en un interés básico.
Los cineastas parten de una pregunta o un supuesto tipo: “¿qué pasaría si…?”
– Los animales dominaran el planeta y los humanos estuvieran sujetos a ellos.
– Los zombies nos alcanzan. – La ouija realmente funciona para comunicarse con el más allá.
– La pornovenganza se torna cruenta.
– La bestia conocida como “Pie Grande” existe realmente.
Pero no existió oportunidad previa para ver las películas en una función para prensa, así que he tenido que ir viendo de a poco. Hasta ahora he visto:
Les animaux anonymes (2020, Francia. Dir. Baptiste Rouvere) Perros, caballos, toros, venados, han cobrado forma humana y son quienes dominan el mundo. Los humanos reciben el mismo trato que antes le dimos a los animales. Un rastro para la carnicería, un granero donde se llevan a cabo peleas clandestinas, un bosque espeso donde es imposible escapar vivo de la cacería. La normalidad nunca volverá a ser la misma. Bienvenidos a una realidad alterna ¿seremos capaces de aprender la lección?
The vice guide to Bigfoot, aka. 15 things you didn’t know about Bigfoot (2019, EEUU. Dir. Zach Lamplugh) Se trata de un mockumentary que respeta totalmente a los creyentes de los fenómenos paranormales (en este caso la existencia de Bigfoot, “Pie Grande”) pero hace añicos la personalidad mamona de la generación milenial porque piensan que lo saben todo. Un juicio muy autocrítico, divertido y original.
The axe and the iron (2020, EEUU. Dir. Mathew Roseman) Un corto de zombies que pasa por las aventuras adolescentes pero obedece a las convenciones del subgénero. Si el zombie te muerde estás condenado a transformarte en uno de ellos. El problema es que además debes lidiar con problemas con tu novia, un amigo que te hace bullying y todo lo que tienes en tus manos para matar zombies es una plancha.
Incident (2020, Suecia. Dir. Carl Fristedt). Un equipo de cine intenta rodar una escena donde se utiliza una ouija. Los actores, tres adolescentes, no creen en ese tipo de cosas, pero se ven obligados a repetir la toma una y otra vez ante las cosas extrañas que les suceden al usar la tabla.
Juntos hasta el fin (2020, México. Dir. Salvador Medina) Una pareja arrastra problemas de compatibilidad de caracteres que finalmente los llevan a la ruptura. Solo que hay un problema: afuera del departamento las calles y el interior del edificio están infestadas de zombies. No parecen ser de Sahuayo.
#Pornovenganza (2019, España. Dir. Ignacio López Vacas) Hubo una época (particularmente durante los años 90) cuando todo el mundo quería hacer cine snuff. Ahora, con la internet y la gran disponibilidad de dispositivos tecnológicos, es más sencillo y además puede servir para saldar cuentas personales entre quienes, digamos parecían amigos y gente normal.
Fried Barry (2017, Sudáfrica. Dir. Ryan Kruger) Fantasía macabra sumamente dinámica, atrevida y sobre todo, divertida, sobre un viejo junkie que es abducido por aliens y devuelto a Ciudad del Cabo para descubrir la vida terrícola. Bien filmada, muy atractiva visualmente y hasta con mensaje, esta comedia extraterrestre ganó el premio del Festival al mejor largometraje de la sección internacional. Muy merecido.
Rendez-vous (2019 México. Dir. Pablo Olmos Arrayales). Mala película. Falso plano secuencia que abusa hasta el cansancio del plot twist hasta que hace añicos su verosimilitud. Me dejó la sensación de haber perdido mi tiempo viéndola. Sin embargo el festival le entregó el premio al mejor largometraje de la sección iberoamericana. En materia de cine de horror, en México eso es lo que hay.
MACABRO terminó el 30 de agosto, tras once días de duración. Hay que permanecer pendientes a varias de estas películas para esperar verlas en alguna otra plataforma.
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