Auddiora


Imagen: Joséko

Imagen: Joséko

 

Del lado izquierdo se oye Toing Toing Toing,

del lado derecho se escucha Yeyo-Yeyo-Yeyo

Es una clara provocación al incipiente estéreo.

Es así como los ojos pueden ver el sonido…

Bienvenidos; ustedes están ingresando a la zona retro-espacial , mejor conocida como:

SONORAMA!

JUAN GARCÍA ESQUIVEL y su piso de soltero (casado)

Por: Erik Montenegro

(Publicado originalmente en la revista “Acid Conga” Madrid, España)

Nunca le gustó la imagen con la que se le relacionó durante toda su carrera.


Juan García Esquivel

Juan García Esquivel

Se lo dijo al músico y periodista Fernando Rivera Calderón en una extraordinaria charla que hoy es histórica ya que faltaban solo tres meses para que el maestro dejara este mundo.

Tuvo lugar en su casa de Jiutepec, Morelos, en donde vivía con quien pareciera su última esposa, la sexta; – una guapa joven que le atendía de manera devota – y una pequeña niña que señala con su dedo al Señor de la Cama, su último sobrenombre, ya no tan glamoroso, ni tan espacial.

Tampoco le hubiera gustado, seguro estoy, que muchas generaciones de sus compatriotas no lo identifiquen o peor aún, no sepan de su existencia.

Lo he comprobado trístemente, en varias ocasiones.

De ahí estas líneas con pretensiones de indelebles.

Confinado, ahí, a esa cama por una caída, una enfermedad en la columna y claro, la edad, el maestro himself recuerda que una noche de calor extremo, ingresaron a su habitación cientos de odiosos mosquitos que impedían el descanso, la lógica de Juan fue llenar de insecticida su habitación, con el desprecio que inspiran las criaturas voladoras, roció aquí y allá, en ese y éste rincón hasta casi vaciar el recipiente, cerró las ventanas para asegurarse que el veneno no escaparía y que cada chupa-sangre sería exterminado, y entonces…entonces se metió a las cobijas y ahí, encerrado también, amaneció con un daño cerebral enorme e irreversible. El principio del fin.

Juan García Esquivel, o sólo Esquivel! para los amigos de la mercadotecnia; nació en Pueblo Viejo, Tamaulipas un 20 de enero de 1918. Hijo de un agente aduanal y una maestra, a los 10 años de edad llegó a la Ciudad de México y a mitad de la década de los treinta ya estaba en los estudios de la XEW  observando y trazando el camino que lo llevaría a ser compositor, arreglista, director y creador de uno de los avances vanguardistas más importantes en la historia de la música, auténtico pionero del sonido estereofónico.

Para 1940 Juan ya tenía su propia banda de 22 elementos y cinco vocalistas, la misma que llenaba la parte musical del show de Arturo “el Panzón Panseco” Manrique, que se radiaba todos los días y quién mejor para ilustrar las ocurrencias del comediante que Esquivel,  respondiendo musicalmente a cuestionamientos como: ¿puedes tocar algo que suena a un tipo ruso caminando por China?

A Juan le entregaban el guión del programa a las 8 de la mañana y exactamente doce horas después estaba ya dirigiendo a la Orquesta con las composiciones y arreglos que para efectos del programa había realizado.

Muy cerca de atravesar la frontera, Juan ocupaba las muy pocas horas que quedaban en la agenda para llevar a su Orquesta a tocar en los eventos de algunas facultades de la UNAM, como la de Ingeniería, alternando con la de Juan García Medet (competencia hasta en el nombre) o con los solistas de Agustín Lara.

Dos orquestas tocaban en el patio principal y otras dos en en el Salón de Tacuba.

Entre los asistentes juveniles a esos bailes se encontraba Carlos Slim entre muchos otros.

Esos conciertos fueron punta de lanza para la grabación de su primer disco en México de 1956 “Las Tandas de Juan García Esquivel” donde ya se deja escuchar la música con ambientaciones en vivo. De ahí, la experiencia de musicalizar cintas, la primera, “Cabaret Trágico” un ejercicio de domador, donde logro conciliar lo tropical con el jazz.

Hoy, en el olvido.

El siglo XX se caracterizó por un fenómeno que desafortunadamente se repite de vez en vez: la fuga de cerebros. México pierde a uno de los mas prolíficos músicos y la RCA lo recibe con los brazos abiertos. Juan García Esquivel firma en 1957 el lanzamiento de su primer álbum con todo el sabor mexicano instalado en los Estados Unidos: To Love Again.

Así mismo, es contratado para que, a través de sus propias composiciones publicite las nuevas consolas estereofónicas que lanzaba la marca en aquellos días.

El sello lleva a Esquivel a grabar un segundo material en los inicios de 1958 en Hollywood, donde por cierto le dieron cinco horas de estudio y terminó con 90 minutos de sobra, ¿el álbum?: Other worlds, Other sounds. Esos 90 minutos los aprovecho y ; ¿por qué no? grabó otro disco de nombre: Four corners of the world con una alineación en formato combo.

Este material ha sido subestimado por la crítica, sin embargo vale la pena visitarlo con toda calma para captar la intención de Esquivel de soltar el equipaje pesado y concentrarse en su piano y el jazz que de él emana.

Sobre esta doble sesión de grabación, más tarde el maestro diría: Si tuviera la oportunidad, no lo volvería a hacer.

Una inseparable palabra que acompaña la carrera de Esquivel es la leyenda.

Leyenda real, afortunadamente, y mexicana para beneplácito del que gusta correr en círculos en torno al Ángel de Reforma.

En el album: Latin-esque se fue a los extremos. En el estudio “A” de grabación introdujo media orquesta dirigida por el, y en el estudio “B” la otra mitad dirigida por Stanley Wilson.

A=canal izquierdo, B= canal derecho, ¿resultado?: sonorama retroespacial de departamento de soltero en la era pop de estilo lounge exotique in stereo!

O al menos así fue vendido en todos sus materiales.

Eso mismo que él odiaba.

Después vendrían 14 años en Las Vegas.

Frank Sinatra le cantaba alguna canción cuando en una mesa cercana al escenario se postraban las gafas de armazón de pasta que caracterizaban al maestro: Esta es para ti Juanito, decía “blue eyes”. Y viceversa. Juan recibía servilletas de Sinatra en sus shows que decían “Juan: play Bye Bye Blues”

Y Juanito fue quien hizo música incidental para The Flinstones, Miami Vice, McHale’s Navy, Kojak, Simon & Simon, The Munsters y casi todo el score de las series de Universal Studios incluyendo el tema de identificación de la Productora.

Entre sus otros seguidores se contaba Henry Mancini y Walt Disney, quienes respetaban el nivel de creación del músico. Mancini, de hecho, decidió seguir por esa vereda y realizó muchos trabajos para películas en ese corte “lounge” lo que a la larga eclipsaría el mérito del Tamaulipeco robándole el reflector incluso en su propio país. Esquivel nunca lo vio así.


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En esa época, Juan estaba entregado a la producción de espectáculos en las Vegas, con su big band al frente y composiciones para el lucimiento de sus chicas en los coros, con las que se casaría por cierto en diferentes oportunidades.

Tenían que ser de diferentes nacionalidades y Juan supervisaba su peso de manera estricta. Era duro en lo profesional. Cinco dólares por cada kilo extra que las cantantes subieran. Los músicos no se salvaban, un dólar por cada minuto tarde y 50 por llegar borrachos o drogados a la primera, la segunda 100 dólares y el riesgo de perder el trabajo.

Para 1979, Esquivel regresa a México para participar en el proyecto que vendería millones de copias: Odisea Burbujas. La música de un exitosísimo programa de televisión en México protagonizado por un grupo de botargas entre las que se contaban un abejorro, un sapo galán y simpático, una lagartija y un pequeño ratón dirigidos por un profesor un poco chiflado que en conjunto viajaban a los episodios más importantes de la historia universal.

Juan respetaba el trabajo de Silvia Roche, parte fundamental de aquél programa, a quien consideraba una auténtica creativa, así es que complementó las letras con una música que parece, fue traída del Popotitos 22 a través del espacio.

Su trabajo denominado: See it in sound es considerado una obra maestra adelantada a su tiempo; tal vez demasiado.

Se cuenta que al momento de presentar al sello el trabajo terminado, Juan recibió un rotundo “no” a la salida a la venta por sonar demasiado incomprensible.

El proyecto estuvo enlatado cerca de cuarenta años, pero al parecer, la lata que lo contenía no estaba bien cerrada. Fuentes cercanas aseguran que varios grupos tuvieron la oportunidad de escuchar el material y de ahí tomarían varias ideas, entre ellos: Pink Floyd.

Sin duda, hablar del Maestro, es hablar de una buena porción de la historia musical de raíz mexicana. Jazz, Swing, Rock & Roll, y proyectos de rescate a la manera de reinvención esquiveliana es lo que caracteríza su obra. En este extraño renacer de lo kistch, lo lounge y lo minimal, Juan García Esquivel es una referencia obligada y hoy desde el más allá lucha por ser un poco más conocido en su propia tierra que cuando en vida lo intentó.

Departamento de soltero sofisticado, martínis y cuellos mao…la etiqueta con la que se le relaciona a su música, así vendió, así lo conocieron, pero; ese no era Juan. Su historia va más allá de una aceituna adornando un martini.

Juan García Esquivel muere un 3 de enero de 2002.

En una extraordinaria aventura de cacería de su material, aquí la mayoría de sus títulos que DEBES tener en casa:

-Las tandas de Esquivel, RCA Victor (Mexico)MKL 2001

-Actual!, RCA Victor (Mexico)MKL-1710

-To Love Again, RCA Victor LPM-1345

-Other Worlds, Other Sounds, RCA Victor LSP-1753

-Four Corners of the World, RCA VictorLSP-1749

-Exploring New Sounds in Hi-Fi, RCA Victor LPM-1978 (“In Stereo” on LSP-1978)

-Strings Aflame, RCA Victor LSP-1988

-Infinity in Sound, RCA Victor LSP-2225

-Infinity in Sound, Vol. 2, RCA Victor LSP-2296

-Latin-esque, RCA Victor LSA-2418

-More of Other Worlds and Other Sounds, Reprise RS-6046

-Cabaret Mañana, RCA/BMG CD

-Merry Xmas From The Space-Age Bachelor Pad

– Y la joya de la corona: See It in Sound!, BMG/Buddah CD

 

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